domingo, 4 de noviembre de 2018

EL NOSEISMO




Las redes sociales han extendido la enfermedad de la opinionitis hasta el infinito. Durante una época, solo la gente considerada como solvente manifestaba su opinión sobre ciertos temas en los medios, fuera prensa o televisión. Después llegó la moda de las tertulias y los foros. Los medios se democratizaron. Abrieron sus puertas a más especialistas, pero también se llenaron de gente de diferente pelaje dispuestos a opinar sobre todo. Incluso sobre lo que no tenían ni idea.
  El fenómeno ha adquirido proporciones cósmicas con las redes sociales. Ahora, cada usuario es un editorialista en potencia. Un crítico, un experto, un historiador. Abres cualquier página y te encuentras con un montón de comentarios, "memés" y pronunciamientos de todo tipo. Algunos justos y sensatos. Pero la mayoría indocumentados, arrogantes y mendaces. Porque el perfil del opinador por las redes cada vez se parece más a esos comentaristas de las teles amarillas. Tiempos de buscar la sensación, de eso que llaman "posverdad" y no es más que manipulación en busca de resultados. De audiencia. De resultados económicos.
  Me asombra que nadie haya reivindicado el antídoto a esa plaga. Que sería algo tan fácil como el "noseísmo". Es decir, la aceptación del "no sé" cuando realmente no se sabe. Y no su ocultación retórica con argumentos de todo tipo para no reconocerlo.
  ¿Qué tiene de malo el no saber? ¿En razón de qué todo el mundo ha de tener profundos conocimientos de economía, historia contemporánea, sanidad? El propio espejo de los medios hace creer a la gente que son expertos y documentados. Pero no es cierto. La mayoría de nosotros no tenemos ni idea de la mayor parte de lo que ocurre en el mundo. De los movimientos profundos. De la razón histórica. Del auténtico significado.
  Pero como papagayos, todos acaban repitiendo frases falsas de autores que han copiado en Internet. Execrando, pontificando, sobre asuntos que escapan de mucho a nuestra capacidad de análisis.
  El "noseísmo" sería una especie de movimiento franciscano del conocimiento. La vuelta a la sinceridad original, la humildad y la falta de humos. El "noseísmo" impulsa a buscar las cosas, a relativizarlas, no a los gritos y los panfletos sectarios. No al hablar por boca de ganso.
  Un mundo en el que todo el mundo cree saberlo todo, en que tan fácilmente se descalifica y critica, es un mundo peligroso.