Uno, que escribe en los medios desde 1970, ha acabado cansadito del mundo editorial y periodístico. Las cosas han cambiado. Y el horizonte actual deja de ser ilusionante.
Centenares de artículos, una cincuentena de libros, decenas de colaboraciones en revistas o fascículos. Todo engullido por el remolino del "temps qui passe". ¿Qué hacer?
Frente a la complejidad tecnológica y logística de editar tus propios publicaciones, queda un recurso antiguo: la palabra. Volver a los aedos y a la memoria hablada. Como una rebelión contra el actual "status quo". Botellas de náufrago fonéticas. Lanzadas al océano del silencio colectivo.
Esta es la razón por la que me he decidido a colgar en internet algunas colaboraciones radiofónicas del "Garrido finale"
Y por otro lado, rescatar textos antiguos que me parecen especialmente salvables en una Garridoteca virtual
Allí quedan, como esas hojas secas que arrastra el viento. Trémolos y sílabas.
La memoria hablada.