Fue un regalo de las ruinas. Y como tal, quise corresponderle incluyendo una foto en la segunda edición de "El caminante de Empúries".
Pero, oh los hados, los montadores de la imprenta ampliaron tanto la foto que dejaron fuera la inscripción. Los lectores se vuelven locos buscando el grafito.
Como compensación, he aquí la prueba.

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