Unos días en Barcelona. Con el tiempo, he dejado de pertenecer al universo cosmopolita de la gran ciudad, para pasar a la nómina de los isleños de cuerpo y corazón. En esa ambigüedad de sensaciones, entre un territorio sentimental y el otro, siempre he encontrado dos interesantes embajadas de la isla en el continente.
La primera es el Espai Mallorca. Sin duda la mejor librería sobre las islas, paradójicamente en la capital catalana. Pero además, un lugar de actividades culturales y exposiciones de lo más acogedor y selecto. Siempre te hace sentir bien tomar un café, ver la muestra de turno (ahora expone Paz Alomar), rebuscar entre los libros. Sentirte un poco en esa casa proyectada a lo lejos.
http://www.espaimallorca.cat
Otra embajada: la estación marítima. Cuando llegas a ella, es como si un pie ya lo tuvieses en las Islas. Te encuentras a algún conocido, te acercas de la dinámica febril de la gran ciudad, esperas, intuyes el mar.
Interesantes trasterritorios.
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