Cuando comparas los medios periodísticos de hace años con los actuales, la diferencia es abismal. La tecnología y también un mayor índice cultural de la población, hacen que sean dos mundos muy distantes. Sin embargo, existe un principio de aquel periodismo viejo que añoro. Diría más: creo que es urgente reconsiderar. Poner las noticias en la balanza de la verdad y el interés antes de darles salida.
La globalización y la falta de filtros periodísticos en los medios causan desastres. Un ejemplo es la enorme polémica producida por el reverendo Jones y su propuesta de quemar coranes. Objetivamente hablando, ¿qué importancia tiene tal personaje atrabiliario? ¿Cúal es el interés de lo que pueda decir? ¿Representa algo? ¿Por qué convertirlo en un personaje mundial? ¿No hay millones de frikis como él?
Sin embargo, la conmoción y la cobertura han sido de tal dimensión que incluso han muerto personas por su culpa. Un medio de comunicación razonable, ético y responsable, no debería dar pábulo a historietas como esas. Y mucho menos colocarlas en la categoría de actualidad de primera.
Lo mismo puede decirse de las supuestas declaraciones de Fidel Castro. Han movido montones de artículos, comentarios, interpretaciones. Cuando bastaba con contrastarlas para saber que el viejo comandante no dijo nada parecido. Lo que era de suponer, por otro lado.
Qué pena que todos esos medios comunicacionales y tecnológicos se empleen sólo para llamar la atención y subir la audiencia. Es un periodismo que crea bárbaros.
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