lunes, 19 de diciembre de 2016
viernes, 2 de diciembre de 2016
LA VOZ QUE REGÍA LAS MAREJADAS
Uno,
humildemente, tiene sus manías. Entre ellas se encuentra el gusto por los
viajes marítimos. Cuando vives en una isla y viajas en barco acabas por juntar
más horas de travesía que un marino de primera. Y el mundo del mar se convierte
en tu cotidianidad.
Ahora es fácil
prever el tiempo marítimo. Hay numerosas páginas web, servicios con mapas,
modelos y predicciones a largo término. Pero durante muchos años, sólo contabas
con los partes del servicio meteorológico. Llamabas a un teléfono, y escuchabas
una cinta donde se desgranaban las diferentes áreas y sus previsiones:
"Baleares, Este fuerza 3 A 4: marejadilla a marejada; Cabrera, Sudeste fuerza 4 a 5, fuerte marejada con mar de
fondo del Este; León, Norte fuerza 8: mar gruesa..."
Recuerdo perfectamente el ensalmo de
aquellos diagnósticos, dictados por una voz recia y firme de mujer. Cuántas
veces, devorado por la duda de si convenía o no embarcar, escuchaba aquella
grabación una y otra vez. Como si se tratase de una amiga que te iba dando
consejos sobre lo que te podía esperar más allá de Sa Dragonera.
Era como
un oráculo omnisciente, capaz de adivinar el mar que habría en el Estrecho,
Alborán, Cerdeña... Como una invitación al viaje sin salir de casa. Aquel parte
leído, con todas sus limitaciones, representaba una auténtica obra de arte
porque estimulaba sobre todo tu imaginación. Y cuando te decidías a viajar y el
tiempo era bueno, te decías con satisfacción: "La voz del parte nunca se
equivoca".
Después de
tantos años y tantos partes, el lector puede comprender la emoción que sentí al
conocer un día sin esperarlo a la dueña de aquella voz. Cuando me presentaron a
María Victoria y la escuché hablar, fue como un viaje remoto a todos mis
recuerdos. Todas mis travesías del pasado.
La voz que
regía las marejadas.
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