Las catástrofes se ceban en los países más pobres. El caso de Haití resulta terrorífico. Pero al mismo tiempo nos hace pensar en la hipocresía mundial.
Si las ayudas y la solidaridad llegasen a esos lugares antes de quedar masacrados por un desastre y no cuando ya se ha producido, podrían ahorrarse muchas muertes y mucho dolor.
http://www.lemonde.fr/ameriques/article/2010/01/16/haiti-le-temoignage-bouleversant-de-l-ecrivain-dany-laferriere_1292475_3222.html#ens_id=1290927
No hay comentarios:
Publicar un comentario