domingo, 11 de abril de 2010

CANARIO VIVO EN EL ESPACIO MUERTO




Estos días estoy de estudio de grabación, para el tercer disco de Rock & Press. Es una experiencia siempre fascinante, que desde el punto de vista cognitivo muy pocas veces se ha tratado.

Estas ahí, en una cabina, tocas o cantas. Y no sientes en absoluto nada especial. Al revés, parece como si te examinases a ti mismo. Te sientes inseguro. El tiempo pasa de una manera extraña.

Sin embargo se produce un milagro. Porque el disco, la música grabada, no deja de ser un espacio muerto. Una composición que queda congelada en el tiempo y adquiere una dimensión distinta conforme pasan los días. Los demás siempre la percibirán como algo exterior, como un grupo de gente tocando. Pero no es así. Surge de la suma de muchos instantes separados, deslabazados, de los que apenas tienes consciencia.

Hay un momento en que aparece la chispa, se produce el sentimiento. Es como si cantase un canario durante un segundo. Sientes lo que está sonando y participas en ello.

El milagro es que, a partir de ese momento, aquel canario seguirá vivo. Sonará cada vez que pongas ese tema. Palpitará en el espacio muerto de una grabación. Le dará el sentido que no le has visto cuando la grababas. Será como la conexión a un interespacio de la que no fuiste consciente.

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