Durante dos fines de semana llevamos a cabo las visitas
nocturnas al cementerio, bajo el título genérico de "Àngels i
ombres". Afortunadamente, el tiempo acompañó. Ni viento ni lluvia, aunque
el relente calaba hasta los huesos.
A diferencia del anterior espectáculo de
hace dos años, en esta ocasión reducimos el recorrido para acortar el tiempo de
la visita. Lo centramos en el llamado Cementeri Nou o sector 1, construido a
finales del XIX y principios del XX. También renunciamos a la iluminación eléctrica,
optando por la claridad antigua y mucho más romántica de las velas.
El gran éxito de público nos sorprendió, superando las
previsiones más optimistas. De las ocho representaciones previstas pasamos al
doble. Y aun así quedó mucha gente en lista de espera, para cuando se
reemprendan los paseos ya en primavera.
En general, muchos de los que acudieron se mostraron
sorprendidos por la serenidad y belleza del cementerio en las horas nocturnas.
Nada que ver con los tópicos terroríficos al uso. Los ángeles y las sombras
constituyen un marco muy especial, onírico, donde uno se encuentra lejos de
todo. Incluso permaneciendo en la propia ciudad.
El equipo estuvo formado por: Laura Dalmau en el papel de
conductora, Enric García en la lectura de textos, Pep Toni Brotons y Toni
Miranda en los fondos musicales, Mariona Forteza cantó un poema de Cristina Georgina
Rossetti, las luces corrieron a cargo de Dominic Hull y Miquel Marqués, la
producción estuvo en manos de Marta Cabrero y Adri Ferrà. El guión y la dirección
fueron del que esto firma.
La afluencia de público a estas visitas demuestra que el
Cementerio puede ser un centro de interés patrimonial y ciudadano. Y que con
algo de información, escapa de esa oscuridad malsana a la que le han sometido
el desconocimiento y los tabúes.
Quienes deseen vivir esta experiencia en su próxima edición
pueden apuntarse ya en:
En la foto de Gaspar Reynés, Laura Dalmau.
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