miércoles, 25 de abril de 2012

CAT SHUI



Cuando reivindicaba el cementerio como un lugar de paseo, mucha gente me objetaba: “¡Qué mal rollo! Estará lleno de malas vibraciones”. Yo contestaba siempre lo mismo: “Imposible, porque está lleno de gatos”.

Efectivamente, en varios rincones del camposanto escuálidos mininos surgían detrás de las lápidas para restregarse contra tus perneras. O bien dormitaban tranquilamente sobre una losa. Los felinos tienen un sentido especial a la hora de escoger los lugares, que nunca falla. Deja a un gato en una casa, y al poco rato se habrá aposentado en el mejor enclave del lugar. Sabe dónde está el calorcillo en invierno, el fresquete en verano, la mejor vista, el suelo más mullido, el rincón tranquilo, y quién sabe cuántos condicionantes más que se escapan a nuestros ojos humanos. Es una especie de Feng Shui a la gatuna. Un Cat Shui.

De hecho, a veces un gato te mira fijándose en el aire que rodea tu cabeza, como si estuviese estudiando el aura. Recuerdo que la escritora Concha Alós, autora de un libro denominado “Rey de gatos”, tenía un montón de micifuces en su casa. Y aseguraba que a veces, todos giraban la cabeza hacia un punto invisible, seguían la trayectoria de algo que no se podía contemplar, y al rato ya se relajaban. ¿Qué habían visto? Nunca lo podremos saber.

Así que donde hay gatos es difícil que crezcan esas “malas vibraciones” que salpican las leyendas urbanas. Los primeros en huir de un lugar desagradable son ellos.

De manera que tal vez, cuando visitemos un piso en alquiler o de venta (si es que podemos seguir alquilando y comprando pisos tal como van las cosas) podríamos llevar un gato y soltarlo un rato. Si el animal busca un rincón para limpiarse y enrollarse entre ronroneos, buena señal. Si sale escopeteado por la escalera, “malum signum!” como decía Virgilio.

sábado, 21 de abril de 2012

PROPUESTA DE TALLER DE PERIODISMO



Hablando de periodismo, hemos colgado en Literanta la propuesta de un TALLER DE PERIODISMO de tres meses.

Ante la miseria rampante de la profesión, es hora de hacer un examen de conciencia.

OBJETIVOS DEL TALLER:
Se trata de abordar de una forma práctica los principales ejes de la comunicación audiovisual. Fundamentalmente con un método analítico y reflexivo.

La práctica del periodismo actual se ha visto desbordada por la tecnología y por la multiplicidad de formatos. Eso ha hecho que en muchas ocasiones “los árboles no dejen ver el bosque”. Es decir, que los modos y los condicionantes se hayan convertido en la finalidad. Olvidándose la verdadera función de la comunicación periodística que no es sólo acumulativa, sino sobre todo formativa.

Lo que se ofrece es un grupo a través del cual analizar y practicar las diferentes variantes del periodismo. Siempre desde casos concretos y no a partir de la teoría.

El propósito es que la persona que auda al taller pueda enriquecer su experiencia, discutir, y sobre todo tener un foro a partir del cual escribir y practicar.


Más info en:

viernes, 20 de abril de 2012

NACE EL GARRIDIARIO



Malos tiempos para la lírica, y no digamos para la épica. Aunque también para la práctica del periodismo más o menos razonable. Tal como se presentan las cosas, volvemos al No-Do, la Primera Cadena y el UHF.

Ante tal falta de perspectivas, al final he decidido crear mi propio medio de comunicación. Y como no hay más cera que la que arde, será oral, rockero, cervecista y casi clandestino. El GARRIDIARIO.
El experimento empieza el próximo 3 de mayo, con la voluntad de llegar semanalmente hasta el verano si así lo permite el respetable. Tendrá lugar en la sala Blanca del Teatre Sans (carrer de Can Sans). Una auténtica “cave” existencialista, un “The Cavern” palmesano.

La idea es unir unos cuantos temas de Rock&Press (que hoy no se pueden tocar porque nadie nos 
contrata) con el ejercicio de un periodismo rockero y al mismo tiempo reflexivo. Sin nada “políticamente correcto” ni “invitados a la fuerza”. Sólo los que al empresario, director general, presidente del consejo de amistración, director, subdirector, redactor jefe y redactor les parezcan. Es decir: un servidor.

Para ello se cuenta con buena gente. Marta Cabrero, que leerá crónicas tenebrosas del pasado, el camaleónico Xavi Canyelles, Adri Ferrà San José como regidor, y muchos amigos más que irán pasando por ahí: José María Nadal Suau, Mariona Cerdó, Gabi Rodas... Todos con muchas cosas que decir. Y siempre interesantes.

Momento especial será la entrevista en directo y con guitarra. El primer jueves a Aina Calvo bajo el epígrafe: “¿Hay vida inteligente en la política?”.

El informativo de las seis cuerdas os espera a todos.

Los tiempos están malos. Y hay que “pasar a la acción”.

jueves, 12 de abril de 2012

UN MUNDO SIN AMOR. 1966

domingo, 8 de abril de 2012

PEPE RUBIANES



Conocí a Pepe Rubianes en 1970, cuando ambos coincidimos en el TUC o Teatro Universitario de Cámara. Eran los tiempos de recitales a partir de poemas de Lorca o Hernández. Y de obras teatrales simbólicamente subversivas como “Los reyes de la baraja” de José Ruibal. Mi función era tocar la guitarra de doce cuerdas y cantar en ciertos intervalos, y también cuando alguno de los actores sufría un “blanco”, cosa bastante usual. Allí coincidí también con actores como Walter Cots o Vicente Nieto.

Pepe era una persona divertida y sorprendente, mucho más serio y concienzudo fuera de los escenarios que allá arriba. Pero siempre con aquella extraña virtud de decir las barbaridades más gordas con una sonrisa encantadora, y hacer que te partieras de risa.

Después de aquellas jornadas, que acababan con cervezas en las tascas de la calle Avinyó, me lo encontré en pocas ocasiones. Cuando vino a Palma con su monólogo o con “Antaviana”.

“Hola Garrido”, decía con su latiguillo habitual. Nos cruzamos un par de veces por la calle. La última, poco antes de morir, cuando tomaba una cerveza y fumaba un cigarrillo en una terraza de la Barceloneta, desafiando al cáncer de pulmón.

Pepe murió en un momento culminante de su carrera, y siempre será recordado en su cénit. Pero cuando veo ciertas evocaciones que lo transforman en una especie de héroe, siento que traicionan su voluntad y lo que realmente fue.

No creo que Pepe Rubianes quisiera ser un héroe de ninguna causa, ni ser elevado a los altares. Todo lo contrario. Creo que le hubiera disgustado. Y me pregunto por qué ciertas culturas tienen que convertir a todos los que destacan en resistentes y combatientes para glorificarlos y aceptar sus méritos.

No todo el mundo desea ser glorificado. Ni son sólo los héroes (o lo que la sociedad quiere entender como tales) quienes merecen un recuerdo. 

martes, 3 de abril de 2012

LA MAMPARA



Hay cosas que cambian tu vida de forma inesperada. Aunque sean triviales. Desde hace bastantes años estaba acostumbrado a las duchas sin mampara ni protección alguna. Me he pasado mucho tiempo recogiendo con el mocho el agua salpicada. Pero, al fin y al cabo, no dejaba de ser un ahorro porque así al mismo tiempo fregaba el suelo.

Sin embargo, hace escasos días me han instalado una mampara. Es decir, una especie de cabina de cristal donde el duchante se introduce para realizar sus funciones. Algo que sólo había visto en los hoteles buenos y en casas de cierto nivel.

El primer día la miraba con desconfianza. ¿Realmente es necesario un artefacto tan enorme? Pero cuando me introduje por primera vez, cambió por completo mi percepción. Nada más cerrar la puerta con ese pomo plateado, se hizo un profundo silencio. Me inundaron un montón de recuerdos de mi infancia. 
Cuando me escondía en lugares a los que mis padres no podían llegar: como los bajos de una mesa, un rincón entre los muebles, un armario... Allí me sentía seguro, lejos del mundo.

Miré a mi alrededor y di un suspiro de nostalgia. Hasta el punto de que, en lugar de darme una ducha rápida, me traje una silla y me senté dentro de la mampara. ¡Qué tranquilidad! ¡Qué sentimiento tan acogedor! Me parecía que la crisis, los problemas y tensiones del mundo exterior quedaban al otro lado del muro de vidrio. Allí no se escuchaba nada. Estás cerrado pero por muros traslúcidos, sin agobio.

Podía reunirme conmigo mismo con toda tranquilidad. Si tuviera una secretaria le diría: “No estoy para nadie”. Y cuando me llamasen de una televisión americana para ofrecerme trabajo, diría: “Sorry, ahora está dentro de la mampara”. Además, he descubierto que tiene una “reverb” tipo “small room” magnífica. De manera que incluso puedo aprovechar para ensayar algunas canciones. Total, que con la mampara lo de la ducha es lo de menos.

Me pregunto porqué olvidamos esas categorías germinales de la infancia, que aunque no queramos aceptarlo nos persiguen durante toda la vida. Como la del escondrijo. Sólo las reencontramos por casualidad, cuando tan importantes han sido para nosotros.